No hubiera tenido que traerme la revista al locutorio, ya que me esperaba incluso en el buzón de correo el artículo escrito por Beatríz Sarlo y publicado hoy en la revista Viva del diario Clarin de Buenos Aires. Se trata de un texto en torno al concepto de alfabetización digital que añade algunos elementos que me parece interesante resaltar. Comienza haciendo algunas precisiones acerca del término alfabetización:
Nadie se alfabetiza dos veces, precisamente por el carácter de límite entre un antes y un después que tiene el aprendizaje de esos signos abstractos y arbitrarios que son las letras. La alfabetización digital es sólo el dominio de unas de las posibilidades que ofrece la escritura: la de leer y escribir signos en una pantalla de computadora, conectada eventualmente a otro sistema de computadoras en red.
El concepto mismo de alfabetización es mucho más complejo de lo que a primera vista parece ya que si lo tomamos como la capacidad que tiene una persona para traducir las letras escritas en frases con sentido, es decir, leer. No basta con leer sino el cómo se lee y en ese sentido como ella deja entrever puede seguirse siendo analfabeta digital si es que no sabemos buscar en esta selva de signos que es la internet.
Para Miquel Àngel Prats, Profesor de Nuevas tecnologías en la Facultad de Educación Blanquerna de la Universidad Ramon Llull, no puede discutirse la alfabetización digital ya que es un proceso que llegó para quedarse, pero sí se pregunta acerca de las condiciones que se necesitan para desarrollarla, y dice:
A mi modo de entender, alfabetizar es instruir en los conceptos y procedimientos más básicos de la tecnología, es decir, en el caso que nos ocupa, aprender a leer y escribir con un nuevo lenguaje: el propio de los medios tecnológicos y audiovisuales. En definitiva, saber leer la tecnología y los medios audiovisuales (acrónimos, palabras reservadas, lectura de la imagen,…); saber escribir y comunicarse con ella con la finalidad última de llegar a ser libres y autónomos y, sobretodo, conocer los retos y oportunidades, así como las amenazas y límites que consecuentemente nos aporta su uso.
En este sentido, el concepto de alfabetización digital está estrechamente ligado con el de acortamiento de la brecha digital y alli es pertinente volver sobre lo que dice Sarlo en relación a que se trata, en primer lugar de que las tecnologías estén económicamente al alcance de los usuarios y que eso mismo no garantiza el éxito de la alfabetización: allí es que comienza el proceso:
Lo difícil no es manejar esa tecnología sino estar intelectualmente preparado para navegar esa masa indócil de datos. Como no se trata de un videojuego, más que tipear rápido es necesario pensar bien y haber acumulado antes la mayor cantidad de informaciones: cuanto más se sabe, cuantos más libros se han leído, mejores hojas se pescan en el torbellino de la red, donde las buenas soluciones las encuentran quienes también son capaces de encontrar las buenas soluciones en los libros impresos.
Como docente, este último punto es el que plantea el mayor de los retos, porque apunta hacia el desarrollo de habilidades de lectura y aprendizaje crítico en los alumnos. Y allí la pelea contra el cut and paste es apenas uno de los escollos. Leer puede leer cualquiera pero desarrollar la habilidad de una lectura crítica, selectiva y que apunte hacia la construcción de un discurso propio, autónomo es un camino que puede ser muy largo y tortuoso.