Cerrada la librería de Monte Ávila Editores

 

Esta es la noticia “mala”, la que nunca habría querido publicar y la que escribo después de dudarlo mucho pero ya que está in crescendo en la blogosfera venezolana no puedo dejar de decir algo: desde el día 8 de mayo la Librería de Monte Ávila Editores en el Complejo Cultural Teresa Carreño en Caracas, dejó de existir bajo ese nombre.

En cierto sentido no me toma de sorpresa porque supe la noticia al día siguiente de que se tomara la decisión y lo que sentí fue mucha impotencia porque no se haya podido hacer algo distinto. Se sabía que venía pero tenía la esperanza de que la editorial pudiera conservar su hermoso espacio para la venta directa de sus libros. Después de que la distribución de los libros pasó a manos de la aún naciente y lenta Distribuidora Nacional del Libro parecía cada vez más difícil acceder a los libros de la que siempre será la primera editorial venezolana.

Pero esta noticia merece ser publicada por partes para que se pueda comprender las razones por las cuales se da el cambio.

Voy a comenzar por hacer lo que la mayoría ha hecho, que es reproducir la carta de Ángel García, quien, quizás por razones obvias, no me la envió a mi, pero la tomo tanto del blog de Juan Carlos Chirinos como del de Dakmar Hernández . También agradezco el mensaje durante el fin de semana de Oswaldo Alfili quien preocupado me notificó. La librería como espacio no muere, pero de eso hablaré después de la carta

Va la carta:

Estimados clientes y amigos,

El 30 de noviembre de 1993 abrió sus puertas la Librería Monte Ávila Editores a los lectores de esta ciudad. Con los años y con mucho esfuerzo, la librería no sólo se convirtió en el lugar de encuentro de escritores, artistas, profesores, estudiantes y lectores en general, sino que irradió su encanto más allá de las fronteras de la ciudad y del país. La librería del Teresa fue desde sus inicios, una clara referencia de librería cultural, donde tuvimos la suerte y la dicha de ofrecer todo el catálogo de la casa, nuestra querida Monte Ávila, además de todos los fondos editoriales que pudimos adquirir para nutrir una buena oferta bibliográfica, creyendo siempre en la bibliodiversidad. El martes 8 de mayo del presente, a las 7:20 p.m., la librería cerró sus puertas. Nos embarga la tristeza lógica de dejar atrás el esfuerzo de casi catorce años pero nos sentimos contentos y complacidos de haber entregado lo mejor de nosotros y haber logrado hacernos presente en el mapa personal de librerías de cada uno de ustedes y en la memoria de esta ciudad.Vivimos momentos de esplendor y también tiempos de incertidumbre. Junto a un nutrido grupo de compañeros y amigos que formaron parte del personal de la librería en sus diferentes momentos, tuve la suerte de estar antes y después del cierre de sus puertas. Junto a Katyna y el equipo inicial, vivimos emocionantes tiempos de apresuramientos para la apertura. Hoy, junto a mis compañeros, Katiuska, Amelis, Iraida, Yudely, Carolina, Alexander, Rita, Fabiola y Yanelys, hemos vivido momentos de profunda tristeza pero nos sentimos orgullosos por el trabajo realizado. Son muchos los nombres que deberíamos mencionar y más las historias que se tejieron dentro y alrededor de la librería, sin embargo, no es tiempo de contar historias, ya tendremos ocasión para hacerlo. Por lo pronto, deseo hacerles llegar nuestro más profundo agradecimiento por habernos apoyado todos estos años y haber sido ustedes los más importantes actores de esta obra. Hasta pronto. Ángel R. García – Librero

Ángel y yo nos conocemos desde chamos, prácticamente. Él, hijo de librero, yo asídua visitante de la librería lectura. Ambos nos formamos rodeados de libros y amándolos y en los últimos años hemos coincidido en eventos, conversaciones y estábamos en contacto cotidiano como libreros. Hablamos cuando Carlos (Noguera) asumió la presidencia de Monte Ávila. La labor desde entonces fue eficiente y coordinada recuperándose el espacio y dándole un nuevo empuje que fue notorio para todos. Desde aquí y, a nombre personal, se lo agradezco y sé que nos quedarán muchas aventuras y espacios en los cuales compartir.

A mi también me duele la librería y aunque sea un cambio “simbólico”. Es la misma sensación acrecentada de cuando cambiaron el logo para ponerle el del ministerio: confusión, tristeza, nostalgia. La librería deja de llamarse Librería de Monte Ávila Editores para pasar a formar parte de la red de Librerías del Sur. Permanecerá abierta y ofrecerá los libros de Monte Ávila como siempre, también se seguirán haciendo allí las presentaciones de los libros de la editorial. ¿No será lo mismo? Probablemente. Sin embargo, no quiero ser tan pesimista como Juan Carlos. No puedo apostar al cierre de la editorial sino a su fortalecimiento y por eso quisiera desentrañar algunas de las razones dentro de las cuales se inscribe esta decisión.

Eso, en lo racional, porque en lo emocional, estoy triste.

 

Aviso

Esta entrada corresponde al archivo histórico de Ciberescrituras (2005-2012).

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6 comentarios

  1. ID: 2007176
    Juliana
    No quise caer en detalles sobre el post que encontré en el Cuaderno de Juan, no manejo mayor información. Coincido con él y contigo en que ese era un espacio emblemático y singular. Coincido en la tristeza y en la pérdida, como bien lo ilustró Juan en uno de sus comentarios.
    No creo que sea el fin de la editorial, por supuesto. No creo tampoco que sea una razzia sobre casas editoriales distintas a la fundación imprenta nacional.
    Creo, eso sí, que al parecer no se reconocen algunos esfuerzos prometéicos y la perseverancia de tantos otros… ahí si me cae la la locha y me da mucha (más) tristeza e incertidumbre que se traduce en interrogantes: distribución, acceso, calidad, criterios y diversidad, entre muchas otras cosas.

    UN beso

  2. ID: 2008197
    No suelo inmiscuirme en realidades puntuales de otros países porque fundamentalmente hay millones de cuestiones que desconozco, pero en este caso la editorial trasciende las fronteras y ejemplares de edición venezolana se han cruzado muchas veces en mi vida.
    Si el escenario que plantea Juliana es el de una continuidad bajo otra forma, ambas de gestión pública, el terreno donde se dirime estas pena y esta discusión, es en el orden simbólico. Y vos bien lo señalas, además de agregar “No puedo apostar al cierre de la editorial sino a su fortalecimiento y por eso quisiera desentrañar algunas de las razones dentro de las cuales se inscribe esta decisión…”.
    Entonces uno se plantea ¿es necesario pagar tal costo político y simbólico, si la gente ya había hecho propio este lugar y todas las actividades que implicaba?.
    A veces los espíritus fundacionales deberían recabar más en los sentimientos de la gente e iniciar nuevas etapas, superando lo anterior pero conservando el capital simbólico, porque no te quede dudas y he visto muchos casos aquí en Argentina , la gente sigue con sus practicas, con sus denominaciones, sobre todo cuando, aunque sean paredes y estanterías una parte de su vida esta allí.

  3. ID: 2008834
    “Tristeza nao tem fim, felicidade sim”. Una decisión que pasa por encima de un esfuerzo y dedicación de años, bien triste para muchos.
    Me encantó compartir este café de hoy contigo Juliana. ¿hasta dónde llegará el poder de los blogs? Un beso!

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