Desde que Harold Bloom escribiera su famoso Canon Occidental el término de paternidad literaria y la influencia de los grandes maestros de la escritura universal apabulla a cualquier escritor novel que se inicie en la producción literaria. Parece que ya es difícil escribir sin repetir fórmulas, sin afiliarse a las grandes y potentes tradiciones de ese mismo canon occidental. Dejemos a Shakespeare para la tradición europea, nosotros tenemos a Cervantes que nos arropa, y en América Latina a Borges (tambien a Gallegos, por ejemplo, pero ese es otro caso), quizás el más universal de los escritores del continente.
Acaban de cumplirse 20 años de su muerte (Ginebra 14 de julio de 1986) y la semana pasada (y aún hoy) no paran de publicarse textos, en la blogosfera y en sus márgenes (atención a cómo lo digo…) acerca de su importancia, su figura, su obra. Amor y odio, dicen, admiración y desprecio, tambien coexisten en la Argentina en una relación que no deja tranquilo a ninguno, por lo visto.
En Libro de Notas encuentro una excelente selección de algunos de los textos que se publicaron la semana pasada al respecto, pero quisiera concentrarme en el primero de ellos, un artículo aparecido en el diario Página 12 y titulado El curioso mecanismo de la máquina Borges en el cual refieren y resumen entrevistas a 5 escritores argentinos de distintas generaciones. Aquí algunas de las frases de estos autores:
Leónidas Lamborghini:
Uno trata a esta altura de ser lo más justo posible con uno mismo y con los demás y alejarse de los prejuicios sobre Borges que hoy ya no son pertinentes”, admite. “Si un poeta es reaccionario en política –como decía Trotsky, nada menos– y puede hacer una poesía o una literatura revolucionaria, también puede suceder que sea un revolucionario en política y un conservador en la literatura. Borges es un revolucionario en la literatura. En cuanto a la política prefiero no meterme, porque todos nos hemos equivocado, pero él parece que se equivocó fiero. Yo estaba exiliado en México cuando se arrepintió, pero ¡qué difícil debe haber sido para él, que llevaba al peronismo clavado en el corazón!
Damián Tabarovsky:
El mismo fue un aleph, un prisma, por lo tanto permite que coexistan diferentes herencias borgeanas; todas son Borges, porque uno puede encontrarlo en las intervenciones de ambos lados. Aunque es como un vértice, no creo que él mismo haya inventado algo, sino que llevó las cosas a un extremo
Para la generación de los que nacimos a mediados o fines de los ’60, Borges no fue una influencia decisiva, no ha dado esa productividad de la influencia que tuvieron otros escritores, que no fueron productivos en términos de crítica cultural. Es evidente que hubo una lectura muy fuerte de Puig en los escritores de mi generación, pero no sé si hay en Puig una productividad cultural para entender la Argentina como en Borges.
Juan Martini, con respecto a la recomendación de Gombrovicz de matar a Borges:
En algún momento se planteó que la escritura de Puig y de Saer, dos escritores a los que admiro, eran modos de salir de Borges. Pero no hay que salir ni entrar; hay que escribir leyéndolo. Este es un tema absolutamente teórico y falso. Son preguntas retóricas y vacías de sentido, y creo que han hecho daño en parte de mi generación, absolutamente plegada a estos postulados teóricos, y en los más jóvenes también. Borges es un escritor radiante que abre caminos todo el tiempo y que enseña a escribir mucho más que las teorías universitarias
Martín Kohan, sobre la “angustia de las influencias” (Bloom):
Los que fuimos leyendo a Borges, a Puig y a Piglia vivimos todo ese proceso histórico condensado en las lecturas y pudimos tener esto más resuelto, con menos carga y peso
Deberíamos recuperar la legítima ambición de una literatura y una escritura perfecta. Es un legado de un enorme peso, porque obviamente lo único que uno puede retomar es la ambición, pero no el logro. Ahí es donde efectivamente pesa. Pero hay algo de la construcción formal en el nivel de la frase, en el nivel del párrafo y del texto integral, en el caso de los cuentos, que me parece muy estimulante, aunque uno sepa que no le va a salir jamás
Luis Gusmán, citando a Oscar Massota y después de revisar la relación de varios escritores con la obra de Borges:
Cierto borgismo siempre será pertinente
Todos los caminos llevan a él, y no nos libramos en el ciberespacio tampoco, donde esta intensa red de citas,de citas, de citas nos lleva permanentemente por laberintos textuales sorprendentes. Lo que sí es indudable es que en toda escritura se adivina un antecedente, un (y por qué no una) precursor, la palabra nos ha sido transmitida por mùltiples voces, unas impuestas, otras elegidas y gracias a ellas construimos la propia. ¿Como “resolver” la angustia de las influencias?.
Qué difícil es matar al padre, y más difícil aún, estar tranquilo despues de hacerlo. Que lo diga Raskolnikov…
2 comentarios
ID: 608597
Juliana, ¿qué tal? Gran recopilación de testimonios la que has publicado. Te cuento que encontré tu blog buscando comentarios de Borges. Creo que el universo borgiano tiene un idioma propio, con códigos y señas características. Quizás por esto resalto tu publicación, porque me sentí entendida. En Buenos Aires no se rinde homenaje como se debiera, te lo aseguro. Es una lástima que cuando no se trate de dinero nadie se comprometa con nada.
Te agradezco por tu publicación ya que me hizo pensar un poco… y te invito si tenés ganas a entrar al mío… Un beso grande!!
ID: 608626
Hola Flor! Infinitas gracias por tus palabras. La recopilación estuvo en la prensa y a mi me llamó profundamente la atención sobre todo después de mi segunda visita a Buenos Aires en abril de este año cuando justamente percibí extrañada que, si bien, hay recordatorios en plazas y edificios, de la vida y obra de Borges no percibí el homenaje, la “vida” que podría tener. Igual, con más tristeza, percibí la ausencia de la figura de Cortázar (no pude evitar que brotaran las lágrimas cuando llegué, después de una larga caminata, a la plaza Cortázar).
Eso justamente me llevó a reflexionar sobre el punto ya que, quiérase o no, ambos han marcado de una manera definitiva el ser escritor en la Argentina.
Entre al tuyo… ¡bienvenida! Ya dejaré mis trazas por alla.
Un beso grande para ti tambien.