Aún no termino de acostumbrarme a la escritura diaria, o al menos no a la publicación cotidiana del blog y, sin embargo, hay muchas cosas que empiezan a cambiar para mi, sobre todo en mi manera de “navegar” la red. Había comenzado a preguntarme acerca de algunas de las características que guían este nuevo “ser en el Ciberespacio” y ya me topo con un par de primeras listas que enfilan hacia la construcción de una suerte de decálogo del perfecto blogero.
Está, por un lado, la lista del padre de la usabilidad Jakob Nielsen y, por otro, la que publica el equipo de Isopixel. Nielsen plantea al comienzo de su artículo: “Weblogs are often too internally focused and ignore key usability issues, making it hard for new readers to understand the site and trust the author.
Tomo esta frase porque me lleva nuevamente a un teme que ya fue motivo de un post: la construcción del yo en la escritura en internet. Si a este añadimos la importancia de la noción de autoría, las perspectivas de reflexión se potencian, ya que no se trata en este momento de escribir acerca de tal o cual escritor, sino de MI como autora. Es un umbral ya traspasado y confieso que lo disfruto: escribirme, re-escribirme y descubrirme en las lecturas de otros que pasan y dejan, o no, las huellas de sus lecturas, las huellas de sus palabras. Y, sin embargo, lo dicho, lo escrito se fue, de alguna manera, con su tránsito.
Pero volviendo a Nielsen, rescato dos cosas:1) que los weblogs están, por lo general,enfocados hacia lo interno, (“internally focused”)… sí, muchos de ellos (o estos) parecen quedar en una suerte de ejercicio narcisista (que probablemente haya que trascender, no sé) del autor o autora que olvida, incluso, que se deben, de alguna manera, a un lector. Porque, sino, ¿por qué publicar? ¿Me construyo y reconstruyo en la escritura para mi mismo nada más o, tambien, para quienes al pasar, me leen?. La metáfora de la vitrina es probablemente la que más se adapte a esta imagen. Si no quiero que me vean, corro las cortinas y cierro, no publico o lo hago para un público más íntimo, único, a través del mail. 2) que el autor debe inspirar confianza. Ufff… sí y, ¿como inspirarla? a través de la palabra, de la escritura (que tambien, lo sabemos, puede crear mundos engañosos) pero, sobre todo por la consistencia de nuestros hipertextos. La confianza viene dada, en gran medida por la adecuada funcionalidad de nuestros escritos como puente. Somos autores que tejemos un discurso sobre la base de otros discursos; tomamos, casi siempre, la palabra de otro que, de alguna manera, nos (con)mueve y nos hace reflexionar para continuar con nuestro propio tejido discursivo personal. Es así con todo escrito, podría argumentar cualquiera que me lea… también es cierto eso, sin embargo en la escritura cotidiana de esta vitrina textual (creo que me gusta el nombre) es mucho más contundente, más intenso, quizás por la inmediatez de la publicación.
Se suponia que iba a escribir sobre las listas de usabilidad de los blogs y me extendí en esta reflexión que, para mí, sigue sin respuesta… Lanzo la punta de mi madeja…¿alguen más dice algo al respecto?
De máscaras, autoría y confiabilidad
Aviso
Esta entrada corresponde al archivo histórico de Ciberescrituras (2005-2012).
1 comentario
ID: 160897
Querida Juliana:
1. Lo bonito de los blogs es que no representan una carga diaria sino una descarga. Una válvula de escape para los textos ingeniosos, asociaciones lúdicas, imágenes que desde ya te dicen algo, bromas pensadas… sin las equivocaciones de algún mal jefe (ni aciertos de otro bueno) que, por ejemplo, te indica que no publiques… Es como aprender haciendo, es autodidacta, es un juego 🙂
En este sentido, el Blog no es uno mismo, pero sí es como uno. Con sus virtudes, pero también con sus defectos de fábrica (cansancio, poco tiempo, días con gripe, etc). Al menos eso creo