Es un lugar común mirar “atrás” para hacer un balance del año que ha terminado pasado y cuando pienso en el mío pienso en la palabra tránsito. Y es que desde finales del 2016 he estado moviéndome mucho en estadías cortas y sucesivas en lugares tan disímiles entre si como: Houston, Hawaii, Caracas, Buenos Aires y Sevilla, cerca de la cual me encuentro al momento de escribir estas líneas.
2018 me encuentra al otro lado del Atlántico de mi natal y amada Venezuela; cerca, muy cerca de las costas desde las cuales salieron los primeros españoles que llegarían a tierras caribeñas. Aquí he decidido establecerme por un tiempo no determinado. Estos meses me han llevado a pensar mucho sobre algunos de los temas que están inevitablemente en el tapete de las conversaciones de venezolanos dentro y fuera del país pero también de muchas personas en el mundo: la migración, el desarraigo, la identidad, entre otros.