Google y sus ediciones digitales a la carta

Lectura a la carta, era un título también adecuado para este post y, la verdad es que casi que me alegro porque Guillermo se me adelantara en escribir el post en Papel en Blanco porque, por un lado, asi lo puedo yo citar a él y, por otro, puedo explayarme de una manera en la que no lo podría hacerlo allá.

Uno de los grandes retos de las ediciones digitales es la rentabilidad, y ello pasa por hacer atractivo su modelo de negocio y, como cosa rara, parece que Gogle está pensando en hacerlo lo suficientemente atractivo como para que al menos la imagen de los contenidos digitales cambie y se convierta en un negocio interesante.

En el artículo del Sunday Times se preguntan acerca de la manera de que el negocio de los contenidos escritos funcione como lo hace itunes para la música. Está clarísimo que con los 380 millones de usuarios que tiene google al mes, estamos hablando de un mercado potencial muy grande para los libros digitales. Sin embargo, las necesidades de los lectores tienen tambien un peso muy importante en esto ya que no necesariamente todos ellos quieren leerse, o incluso tener, un libro completo, sino fracciones de este.

Para Jens Redmer, director de Google Book Search en Europa los libros digitales no van a acabar con el negocio editorial tradicional pero si le dara a los lectores una serie de opciones versátiles para acceder a los textos que de otra manera sería muy difícil conseguir para ellos. Quizás, dice, lo que quiere un usuario es alquilar una guia de viajes o comprar solamente un capítulo de un libro. Allí el tema de la edición a la carta y uno de los puntos mas atractivos de las plataforma de edición digital. Google lo tiene claro: el usuario es quien decide qué, cuando y cómo quiere leer un libro

Como dice Guillermo:

Efectivamente, en ocasiones sólo nos interesa una pequeña parte de un libro, aquella que contiene la información precisa que estamos buscando. Antiguamente cuando eso sucedía se iba uno a la biblioteca de turno, tomaba el libro prestado y fotocopiaba la parte que necesitaba. Hoy en día, prohibida esta práctica que ayudó a tantos estudiantes, el futuro pasa por hacer lo mismo pero pagando una pequeña cantidad y sin movernos del sofá.

A mi me resulta muy atractivo este modelo sobre todo pensando en el medio universitario y el problema de las fotocopiadoras. Google sigue suscitando con este proyecto dos reacciones ambivalentes: la de la fascinación y la del miedo. Ben Vershbow del Institute for the Future of the Book no podía decirlo más claro:

Google pareciera simultáneamente, estar tranquilizando a la industria afirmando que todo estará bien si se hace lo pertinente y, al mismo tiempo diciéndoles: “¡los tenemos! ¡Contra la pared!

Es exactamente lo que he sentido desde el comienzo con esto, pero más ha podido la fascinación que el miedo, eso es innegable.

Aviso

Esta entrada corresponde al archivo histórico de Ciberescrituras (2005-2012).

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3 comentarios

  1. ID: 1624384
    No es, el ni la, simplesmente (como dicen los por-

    tuguese o brasileños), simplemente en español;

    “inter-net” o mejor INTERNET (sin artìculo), atte

  2. ID: 1625252
    Jajaja.. Si, Cacho, lo que pasa es que es casi que una hipercorrección y una suerte de guiño, interesante que no tenga género la palabra. Gracias por la anotación.

    Antonio, sí, justamente para eso es que creo que servirán más. es toda una discusión, porque ahora que me estoy metiendo más en el tema de los libros especializados es un universo muy distinto al de los libros humanísticos. La versatilidad que da el que los libros y las publicaciones en general sean digitales puede garantizar su accesibilidad por parte de muchas más personas a nivel mundial.

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