No, no son dos sectas salidas de los libros de Dan Brown (aunque podrían serlo), sino el nombre que le han dado a dos corrientes que se vieron enfrentadas el mes pasado en la Book ExpoAmerica (BEA): los que defienden el libro y la creación literaria de acuerdo a la tradición canónica, por un lado, y los que llaman la atención acerca del rol de las nuevas tecnologías y su impacto positivo en el mundo de las ediciones, por otro. Los primeros, los Literati, representados en el “ring” que parece que fue esta feria llevada a cabo en el Convention Centre de Washington, por John Updike, basan sus argumentos en una demonización de la influencia de las nuevas teconogías editoriales sobre la creación y el mercadeo de los libros. Los segundos, son aquellos que entienden que la digitalización es la vía franca para resguardar y compartir todo el conocimiento humano.
La polémica, ya lo sabemos, no es nueva, pero me gusta que se haya puesto tan de manifiesto en esta oportunidad, a pesar del aire cirquense en la feria. Pero en este caso en particular, lo que desató la ira de Updike, y de no pocos editores, fue un artículo (a mi juicio maravilloso) de Kevin Kelly a quien conocemos como fundador de la revista Wired y como autor, entre otras cosas, del libro Las nuevas reglas de la nueva economía. Kelly plantea en Scan this book!, que las nuevas tecnología y los proyectos de digitalizar los libros para poner el conocimiento al alcance de todos, supone un doble reto, y advierte:
But the technology that will bring us a planetary source of all written material will also, in the same gesture, transform the nature of what we now call the book and the libraries that hold them. The universal library and its “books” will be unlike any library or books we have known. Pushing us rapidly toward that Eden of everything, and away from the paradigm of the physical paper tome, is the hot technology of the search engine.
Es decir, que lo que realmente vendrá a cambiar nuestra relación con lo que hasta ahora hemos venido conociendo como libros será la eficacia de los motores de búsqueda que permitan que ese acceso sea posible y efectivo. De aquí, por supuesto, emerge otra discusión super interesante pero a la cual tendremos que dedicar un apartado despues ya que toca el tema de la neutralidad tecnológica. Kelly describe, en el más puro estilo Wired, un mundo ideal donde el conocimiento humano pudiera cargarse en un ipod, a lo cual responde Updike airado. Sus palabras, sin embargo, no dejan de ser conmovedoras:
books traditionally have edges.” But “the book revolution, which from the Renaissance on taught men and women to cherish and cultivate their individuality, threatens to end in a sparkling pod of snippets.
Y añade:
So, booksellers, defend your lonely forts. Keep your edges dry. Your edges are our edges. For some of us, books are intrinsic to our human identity.
Parece que son dos voces que hablan, en verdad, desde dos esquinas distintas: uno habla como creador y los otros como editores y defensores del conocimiento compartido. No es una polémica fácil, pero lo que es indudable (y quizás Updike no lo perciba porque no lo ha vivido como lo hacemos quienes escribimos en la red) que tambien el proceso creador está cambiando. La soledad de quien crea un texto frente a la pantalla, aun sabiendo que detrás, más allá, no sé dónde hay miles, millones de lectores posibles, es tambien soledad; es un YO que piensa, que crea, que escribe.
Ya lo dije, no es un tema fácil, pero sí fascinante.
Otras lecturas sobre el tema:
John Updike Rallies The Literati
BookExpo
The literati Vs de Technorati
PaidContent
Explosive Words
Technorati Tags: BEA
Ediciones Digitales