Locura y pasión en la escritura. Algo más sobre la redacción.

Retomo el tema luego de leer un post de Christian Espinoza donde resalta las palabras de Ismael Nafria, director de contenidos del grupo Prisa en torno a la imposibilidad que tiene para formar periodistas que redacten bien o que titulen bien sus notas.
La pregunta, por supuesto no es nueva, y si buscamos en google, en segundos nos aparecerán miles de páginas que exponen una serie de recomendaciones para escribir bien. Ojalá pudiera ser tan fácil como leer un texto y de buenas primeras lanzarse a escribir bien y que mucha gente te lea y que aprendan de tí. Porque: ¿para qué escribimos sino para comunicar a otros algo que para nosotros es importante o, al menos interesante? Compartir el conocimiento es, sin lugar a dudas, uno de los motivadores más importantes a la hora de sentarse frente a una máquina y escribir acerca de alguna declaración, una lectura o simplemente un evento vivido que nos ha marcado. ¿Para qué escribir si pensamos que no tenemos nada que decir? No tiene sentido, sin lugar a dudas.
Navegando encuentro esta respuesta de Sergio Pitol (qué casualidad esto de que nuevamente aparece Pitol en ciberescrituras siendo que no es, ni de lejos, uno de mis escritores favoritos) a una pregunta que le hiciera la periodista venezolana Milagros Socorro:

La redacción tiende a la claridad, está sujeta a reglas fijas y se utiliza para describir un asunto. Un tratado o un manual tienen que estar bien redactados porque se necesita que todo se entienda claramente. La escritura, en cambio, no está sujeta a ninguna regla (excepto las de ortografía) y se alimenta de la parte irracional del individuo. El periodismo debe estar bien redactado; un texto literario no puede no estar bien redactado, pero además debe tener una gran pasión interna. La redacción es siempre visible, la escritura tiene varias capas, tiene un subsuelo y mientras vas leyendo el lenguaje te va sugiriendo otras lecturas. La redacción apunta al orden y la escritura a la locura.

Locura y pasión. Escritura y redacción parecen ir juntas hasta cierto momento, pero separarse en otro. La pregunta por la pasión en la escritura y en la redacción me parece clave porque si lo que escribimos no transmite alguna emoción, alguna pasión, ¿cómo entonces podremos atrapar lectores?. Mucho más en el mundo de la web donde, además, debemos atraparlos por un título, condesar el sentido de nuestra pasión en 3, 4 5, máximo 7 palabras de manera que se detengan unos minutos y, en el mejor de los casos, luego de la lectura de nuestro texto, dejen un mensaje en nuestro blog.
Por otro lado, y para cerrar, cada día estoy más clara en el hecho de que escribir se aprende escribiendo y por ello vuelvo cada dia que puedo a este espacio, incluso cuando afuera la calle bulle de emoción y vida, la misma que alimenta esta escritura.

Aviso

Esta entrada corresponde al archivo histórico de Ciberescrituras (2005-2012).

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