En el curso que recién termino en la Universidad Central de Venezuela, le pedí a mis alumnos que escribieran un ensayo sobre su relación con la tecnología. Teniendo en cuenta que son nativos todos ellos, las respuestas fueron previsibles. Para la mayoría de ellos está bastante clara la memoria del momento en el que la pc entró a casa y de la relación con los primeros juegos, entre los que algunos de ellos mencionaban al Atari. Recordaba con una sonrisa que para ellos aquella vivencia era un poco como para mi fue la llegada a casa del televisor (en blanco y negro), algo tardía por las reticencias de mi padre que luego estableció como condición que no viéramos Disneylandia (cosa que no cumplí, por supuesto).
Enfín, anécdota aparte, viene a cuenta la referencia a mis estudiantes porque leo que apareció un estudio que dice que a los jóvenes no les interesa la tecnología, que la usan pero que no la toman en cuenta. Acá algunos fragmentos de la noticia:
Sólo el 20% de los jóvenes de 14 a 24 años admiten estar interesados en los fundamentos de la tecnología, aunque la mayoría reconocen que no pueden vivir sin ella, según un estudio de MTV, Nickelodeon y Microsoft sobre los hábitos tecnológicos de los niños y los adolescentes.
El informe, realizado entre 18.000 personas en 16 países, explica que los jóvenes no se interesan por los entresijos de la tecnología, pero les gusta porque les permite comunicarse y expresarse.
Los jóvenes que usan tecnología digital tienen una media de 94 números en su agenda móvil, 78 amigos en un servicio de mensajería instantánea y 86 personas en su red social, aunque el 35% afirma que usan estas comunidades virtuales porque todos sus amigos lo hacen.
No me resulta difícil hablar de la tecnología en tercera persona porque, a pesar de que la uso permanentemente (de hecho, no me imagino sin ella), la sigo viendo como algo ajeno a mi, algo que uso, algo instrumental. Para los jóvenes nativos, no es problema, por eso es que se les llama nativos porque es algo natural para ellos: ¿para qué preguntarse sobre la importancia de algo tan cotidiano?
Para mí fué muy importante, pedagógicamente hablando, hacerles la pregunta sobre algo que para ellos es tan obvio porque, por supuesto, la distancia les perimitía pensar y pensarse distinto. Pero hasta allí, sin “rollo”, y, ciertamente, lo que emergió también en estos ensayos fue, en primer lugar, la importancia del vínculo con otros, sea la familia, los amigos seguido del compartir y luego del hecho de que les permitía mantenerse al tanto de lo que ocurría.
Después de todo esto, creo que matizaría el enunciado de la noticia hecha por quienes aún ven todo este tema con ojos de llegados de fuera. A mí, me sigue fascinando y creo que me la seguiré formulando porque sus caminos de reflexión tocan muchas costas interesantes y, porque a la final, la idea es que la tecnología juegue a favor del bienestar general.
Para cerrar, y por eso de los caminos a veces circulares de la navegación en red, me reencuentro con un texto de Juan Freire que tengo guardado pero para otra reflexión sobre la imagen. Una cita que me parece perfecta para cerrar el post y abrir (¿o continuar?) la conversación.
La tecnología digital nos acerca a un mundo mucho más complejo, más ambiguo, más incierto, pero también más “real” …o menos. En todo caso, esta evolución si nos aporta una certeza que desbanca un mito largamente aceptado. La tecnología ha dejado de ser una simple herramienta supeditada al bien superior de la construcción del conocimiento científico; la tecnología construye nuestra realidad y, de este modo, nos hace humanos. ¿Serán los científicos unos simples autómatas que ejecutan los programas diseñados por los tecnólogos?.
4 comentarios
ID: 2299492
Al compartir lo postulado por Habermas, que muy bien Freire posibilita para los tercer mundistas, en cuanto al carácter social del conocimiento, es innegable que la tecnología como producto del mismo, no puede sustraerse de tal condición. Lo interesante, siendo al mismo tiempo el reto, es apropiarse de ésto y no dejarse sustraer de la misma. Busquemos espacios para que la comunidad virtual, esa que los jóvenes dan ejemplo, pueda ser a partir de los que generamos la forma del descubrimiento.
ID: 2299509
Totalmente de acuerdo. Y me gusta especialmente que menciones a Habermas ya que, mientras escribía, quería releerlo pensando que justo sus escritos podrían dar la clave para una lectura en positivo de todo esto, que es, además, a la que creo que nos invitan los jóvenes. Lo que planteas, además, de las comuniddes virtuales no deja de ser polémico y deja mucho por conversar, no solamente desde el punto de vista del aprendizaje sino también desde la perspectiva de la construcción de la identidad.
Saludos,
ID: 2300936
Juan RULFO explicaba que toda su obra era la sìntesis, de la lucha contra
la pobreza y querìa saber sus causas, junto con Fuentes y Octavio Paz
algo dejaron escrito sobre la IDENTIDAD, sòlo que no es fàcil su lectura
e interpretaciòn.-
No hay ni habrà tecnologìa ni avance cientìfico que resulvan el problema
humano, que es vasto y no tiene hasta hoy respuesta alguna, atte.-
ID: 2307377
El tema de la identidad, en una sociedad globalizada, amerita que los latinoamericanos empecemos a observar lo que hacen los europeos en tal aspecto. Veamos como en defensa de las zonas vulnerables, en cuanto a perder las costumbres de ultranza, han diseñado lo que se denomina las ciudades creativas; esto, lógicamente lo inician como una respuesta ante la formas de pensar, de actuar, de crear nuevos lenguajes y formas de expresión, surgidas a partir de las herramientas tecnológicas, las llamadas TIC’s, que hoy son solo una muestra de los que la tecnología en estos espacios posibilita.