Raro es el día de hoy. Es uno de esos en los que de verdad no hay nada sobre lo que me provoque escribir, o lo que tengo pendiente es tan soso al lado de lo que he escrito antes durante esta semana, que no me atrevo a publicar nada, pero finalmente me animo a apuntar algo sobre estas supuestas (¿o ciertas?) nubes grises sobre internet.
Desde ayer hay una cantidad de noticias sobre las ventas de algunos de los desarrollos más exitoso de la Web 2.0 y queda clara la manera como influye el cómo se dicen las cosas. YouTube busca rentabilidad, busca quien lo compre y su precio es tan alto y su riesgo tambien que la gran pregunta es quién se atreverá a pagarlo.
Revisando algunas cosas de lo que se han dicho acerca del tema, y sin mucho tiempo para profundizar, llego al blog de Juan Freire, quien se preguntaba, en mayo de este año, si es que estamos apróximándonos a una nueva burbuja del la web (esta vez Web 2.0); allí dice:
Se está representando la adaptación de una obra de los 1990. Muchos actores se repiten, incluso algunos personajes (eso si más viejos y con más experiencia), pero ni el escenario ni los protagonistas principales son los mismos. En realidad esta obra parece representarse en múltiples escenarios donde se desarrollan tramas simultáneas; los actores y los personajes se mueven de una forma aparentemente caótica entre escenarios, pero de algún modo semeja existir algún tipo de coordinación y cada vez más espectadores (muchos de ellos actores de la trama) creen adivinar un final (curiosamente, cada espectador se imagina un desenlace diferente).
Habla de una exuberancia irracional y luego de revisar cuatro posturas y/o experiencias en la Web 2.0, donde incluye al infaltable Martin Varsavsky, concluye:
Bienvenida a la exuberancia irracional. Gracias a las burbujas se inyecta dinero privado que, aunque sólo sea en una pequeña parte, se traduce en innovación útil para los usuarios. Si al final no explota todos ganarán (usuarios, emprendedores e inversores), pero aún si estalla los beneficios para la mayoría serán indudables. Por supuesto, el mayor riesgo lo correrán los inversores … para algo son el capital riesgo.
En agosto, varios medios se hicieron eco de un test de la burbuja que fue publicado inicialmente por Supr.c.ilio.us, y luego replicada, en español, en Tecnorantes. El test plantea la respuesta a las siguientes preguntas:
¿Como reconocer que estás en la burbuja?:
1. Businessweek hace números y te dice que lo tuyo sí es un modelo de negocio
2. La gente habla de rondas de financiación como si fuesen churros que salen de una maquina.
3. A todo el mundo le encantan tus “regalitos” pero nadie usa tus servicios
4. Tienes que pagar por contenido no original
5. Sabes que hay un mercado porque la gente lo ofrece gratis.
6. Tu proyecto pierde dinero con cada nuevo usuario.
7. Tu modelo de negocio se va al garete cuando los usuarios actualizan sus programas
8. Sabes que esto nunca te va a pasar a ti
9. Los años de duro trabajo se ven finalmente recompensados : sales en Techcrunch
10. Tu idea es tan alucinante y “cool” que todo el mundo habla de otras cosas.
Luego de estos antecedentes y a la víspera de dos de las compras más sonadas de los últimos tiempos, Enrique Dans plantea, a raíz de la caída de las acciones de Yahoo en la bolsa:
Desde mi punto de vista, y contrariamente al criterio sostenido por Yahoo! y por algunos analistas, el problema no es estructural, sino coyuntural. La publicidad está sufriendo una redefinición importantísima, sin duda la más sustancial desde su desarrollo como modelo de negocio, al pasar progresivamente de modelos de tipo indiscriminado, masivo y no deseado a esquemas mucho más centrados en el marketing del permiso, la baja intrusividad y el respeto al usuario. Esquemas que ni siquiera en Internet estamos todavía viendo claramente, pero que apuntan de manera evidente una tendencia: la no sostenibilidad de la actual “escalada armamentística”, consistente en la lucha entre publicistas dispuestos a hacer llegar su mensaje por encima de la nube de interferencias pase lo que pase y a costa de lo que sea, y unos usuarios provistos cada vez más de la tecnología suficiente como para poder bloquear dichos mensajes cuando éstos resultan molestos.
Es indudable que los viejos esquemas han cambiado para siempre y que los medios que antes eran tradicionales pierden su efectividad. Generaciones de publicistas pasan y sus estrategias pierden efectividad en un mundo, además, en el que los usuarios, clientes, o como quiera que se llamen, tienen una mayor conciencia de su poder de influencia.
Apuntes para pensar y hacer seguimiento.
1 comentario
ID: 810696
Querida Juliana
Nubes hay como hay cielos despejados. Todo tiene su cara y su cruz, y para no seguir embalado en los mismo estamos aún a caballo entre una era y otra. Yo, por mi parte, sin querer se ejemplo de nada me empeño en seguir apostando por las burbujas, que unas reemplazarán a otras, pero lo hay es lo que tenemos, es decir no cejo en mimar a mi http://elciegoquenacioensieteciudades.com
Ánimo Juliana, te admiro y apoyo en lo esté en mis manos