Sherezade digital o la fascinación de la lectura y la escritura hipermediática

Esta semana hubo dos lanzamientos literarios interesantes en la web que me permiten iniciar (o continuar, ya ni sé) una reflexión sobre el proceso de escritura y de lectura en internet.

Por un lado, José Antonio Millán, ha “dejado libre” su novela Nueva Lisboa que habia sido publicada en físico por la editorial española Alfaguara en el año 1995.
El propio autor relata:

La recepción crítica fue sorprendentemente tímida, e incluso en muchos aspectos descaminada, lo que no es que me sorprendiera demasiado: era una novela claramente “de ciencia-ficción”, y al tiempo notablemente postmoderna, lo que quiere decir que planteaba numerosos problemas a la crítica al uso: el primero, tal vez, y sencillamente, entenderla.

Millán menciona tambien como paratextos fílmicos, la película Matrix que apareció recién 4 años despues y Groundhog Day y como autores a Gibson y a Sterling. En un artículo-ponencia, èl mismo se ocupa de brindarnos un resumen de la obra:

Esquematizaré la trama: el protagonista de Nueva Lisboa está viviendo en un futuro remoto en un universo de realidad virtual, donde los últimos de los hombres se han refugiado. De vuelta de uno de sus viajes, el protagonista exige al sistema informático que le mantiene en un mundo de fantasías que le devuelva al mundo real. El sistema se niega (en un conflicto que tiene ecos de la rebelión del computador HAL de 2.001), y —so pretexto de explicarle las razones— le mete dentro de otro universo virtual, que se abre dentro de otro, y otro y otro más. El protagonista se ve forzado a habitar sucesivos universos ajenos, que constituyen narraciones incrustadas una dentro de otra. El procedimiento —bien se ve— es el de una Sherezade electrónica que utiliza la narración /realidad virtual como táctica dilatoria.

Recuperados los derechos sobre la obra y ante el fracaso de un proyecto editorial alternativo, Millán decide publicar esta novela en la red bajo una licencia de Creative Commons, gracias a la cual,nos invita a:

Leer el libro ;-); Imprimirlo; Mandárselo a un amigo; Traducirlo a otra lengua; Hacer una versión teatral o una película; Convertirlo en juego de rol; Grabar un MP3 con una versión leída.

Suena divertido, ¿no? Una obra a la búsqueda de ciber-lectores, una nueva experiencia del paso de una obra del papel a la red. A ver qué ocurre con mi YO-lector cuando pase por la experiencia de leerla.

Por otro lado, aparece una invitación a la escritura colectiva y a la construcción de una o más bien tres novelas en la red. Se trata de la Wikinovela, tambien bajo una licencia de Creative Commons y que es presentada de la siguiente manera:

Has entrado en un proyecto de creación colectiva, multilingüe y no lineal, abierto al público, y desarrollado por la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Deusto. Aunque puedes leer simplemente lo que otros han escrito, si quieres también puedes colaborar en su escritura con los demás usuarios.

Inician este proyecto: Juan José Millás en español con la novela “Vidas prodigiosas”, Jon Arretxe en euskara con la obra “Burdinbidez” y Espido Freire en inglés con “Time runs away”.
Ya conocíamos la idea de la blogonovela con la obra de Hernán Casciari, por ejemplo, pero la Wikinovela nos pone en conocimiento de una nueva manera de creación literaria. Con la misma motivación que guía a la Wikipedia, es decir, la creación, corrección y publicación en la red del conocimiento, se trata ahora de la creación ficcional de una obra que inician estos tres autores pero que se abre para que quien asi lo desee la cocree. Como acertadamente señala Juan Varela, se trata del yo frente al nosotros autorial:

La obra deja de ser radicalmente propia para ser nuestra, como las viejas narraciones orales, se iban contando y las palabras, los mitos, las imágenes de los otros se pegaban y abrigaban las viejas historias o desnudaban algunas de sus características.

La diferencia con las viejas tradiciones orales, para nosotros, es que con el soporte digital podemos tener registro diario de la construcción de este discurso y cada autor podría volver sobre lo escrito y saber cuál fue su aporte, cambiarlo una y otra vez y hacer cada minuto una obra distinta. Como nos recuerda Walter Ong, al pasar por el proceso de la escritura el discurso se distancia de la oralidad ya que está permeado por las reglas social y culturalmente compartidas: gramática, ortografía, semántica, etc. Sin embargo, el sentido de la comparación es válido cuando se lo aborda desde el punto de vista de la creación colectiva de los relatos y una suerte de borronamiento de la figura del autor; de hecho, los tres autores iniciales sólo vendrían siendo los iniciadores, los que dieron la primera pauta. Después de eso, su figura debería diluirse en el nosotros.

Aviso

Esta entrada corresponde al archivo histórico de Ciberescrituras (2005-2012).

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