Noticias espeluznantes que inevitablemente me llenan de ira e impotencia. Mis hijos juegan en la plaza todas las tardes, libre y alegremente, y estos hijos que han muerto en en un campo de fútbol irakí, son mis hijos tambien. No más… ¿hasta cuando?
La noticia en El Pais
4 comentarios
ID: 675528
hay amiga… tanta violencia en medio oriente…
No quiero opinar al respecto por que seguro me tiran con misiles gruesos… solo que si hace mas de 40 años que no se ponen de acuerdo… mmmmmmmm
Bechos juli
ID: 675533
Demasiado, Jorge. Es aturdidor. Hubiera querido poner la canción de Cat Stevens, a la que alude el título, espero que lo hayas “captado”.
Beso y gracias por pasar
ID: 675893
Son una pequeña gota, comparado al número de niños que sufren en el mundo, son demasiados y es una de las cosas que más “jode” mi corazón, por eso estamos muy lejos de la paz.
ID: 678385
¡Mis cordiales y afectuosos saludos, Juliana!. A lo largo de muchas Historias, los Imperios y sus secuaces + esbirros, no se han caracterizado por actuaciones de Paz, Solidaridad, Justicia Social y otros nobles valores, llamados hoy, Derechos Humanos. Este conflicto es una parte de la espiral de Guerras, que con nombres de Libertad Duradera, Guerra Santa, etc, practican sin ningún tipo de escrúpulos, fanáticos, militaristas y ultracapitalistas de la otra globalización, parecen de distintos colores. Pero se parecen mucho en que nada les importa, el nº de victimas civiles, los heridos, asesinados, mutilados, huerfanos, refugiados, arruinados, muy doloridos,etc, para ellos “La vida de los enemigos no vale nada y su causa, lo justifica todo ante el mundo”. El casi exterminio en el Líbano, es otro ejemplo más y no por ello justifico a los islamistas radicales.: más de lo mismo. ¿Quién tiene poderes democráticos en nuestro mundo para parar estas Guerras y juzgar a los Criminales de Guerra a tiempo? . Me encanta tu aportación tan humanista y pacifista en estos tiempos tan cruentos, es muy enriquecedora y abre estupendos comentarios. ¡Un amistoso abrazo desde Barcelona! Antonio Ayala