¿Murió quién? Me preguntaba ayer alguien y cuando le respondí me miró con la misma expresión poco más o menos. Dijo “Ah…. ok” y siguió con su trabajo y yo me quedé pensativa dándome cuenta de que ya hay, por lo menos una generación de jóvenes, para los cuales hablar de la URSS no tiene ningún sentido y para la cual Gorbachov , Yeltsin , la Perestroika , no tienen más que un dejo antiguo, pasado, “histórico·. El muro alude a un disco de Pink Floyd y si alguno sabe un poco más es porque recuerda algo de la clase de historia o porque sus padres lo mencionaron.
¿Por qué me da por escribir un texto sobre la muerte de Yeltsin si es que, la verdad, el tipo nunca me gustó? Porque de repente me devuelve el sabor de una parte de mi vida, la emoción confusa de un momento en el que el mundo tal como lo conocíamos se resquebrajaba, así como lo hicieron las torres gemelas de Nueva York ante nuestros ojos. Porque me recuerda que hubo un antes y un después y que este después que ahora vivimos pudo ser distinto, al menos ligeramente, si Yeltsin no le hubiera dado un golpe de estado a Gorbachov. Pero este post no es para narrar o explicar lo que pasó, ni para defender o no un régimen pasado, sino para hablar de mi.
Quizás es que, de golpe, cobro conciencia del mundo simbólico en el que me formé. Un mundo dividido pero claro; el mundo de la Guerra Fría en el que mi padre me enseñó que no había que dejarse engañar pero en el que había que aprender a distinguir. Nuestra guerra no era fría y era claro de qué lado estábamos o debíamos estar: de aquellos que más sufrían, de los perseguidos, de los sin techo, sin comida, sin escuela. Y a esos los teníamos al lado. Los muertos estaban muy cerca y el decorado estaba armado para ocultar, para desvirtuar: la música, la televisión (¡Cuánto tardó la televisión en llegar a casa!), la radio nos transmitían una imagen de mundo muy especial que nos marcó, y hoy celebro haber aprendido una mezcla que parece incomprensible: la de creer en los hombres y la de dudar de la realidad tal como me la presentaban. Creo que es eso lo que siempre me lleva a tratar de ver más allá.
Ha muerto Yeltsin y queda Putin, Gorbachov es Premio Nobel de la Paz y recorre el mundo fomentando el acuerdo y el diálogo. La Perestroika y el Glasnost son palabras vacías de sentido aunque reconozco su fuerza aún mientras las escribo. No soy quién para hablar de Rusia pero lo que se atisba puertas adentro no es muy bonito. El comunismo sigue siendo un fantasma pero los seres humanos seguimos siendo seres humanos.
Murió Yeltsin y no cambia nada. La última vez que se le vió en público fue en el partido final en el que Rusia ganó la Copa David. Uno más del yet set. Yo, reivindico las certezas y las dudas que me forjaron. Fui formada para ejercer la libertad crítica, para no quedarme con lo primero que me dicen, para buscar siempre la tesis, la antitesis y construir la síntesis, mi síntesis en el centro de la cual siempre debían estar los derechos humanos.
Danke, papa.
9 comentarios
ID: 1927145
Juliana vaya, que decirte que ahora puedo comprenderte. Yo creo que cuando se escribe asi como la hace tu en esta ocasion lo demas sobre decirlo. Se que entiendes lo que quiero decir.
Un abrazo y simplemente gracias por ser ventana del mundo.
ID: 1927198
Es muy lido que me digas eso. sabes que lo valoro especialmente de ti luego de nuestra últimas conversaciones “off-blog”. Como te comenté el texto emergió así y tal cual lo dejo. De hecho, no creo que postee más por hoy. O al menos por la mañana… je, je.
Gracias a ti por tus palabras.
ID: 1927437
Conozco rusos aquí en España, y no sé qué fue mejor para ellos. Moscú es la capital más cara del mundo -eso dicen- y la gente no gana suficiente dinero para vivir allí. Ahora solo las mafias y corruptos millonarios se han adueñado de ella: mientras que en el metro de Moscú -como en otras partes del mundo- mueren niños cada día, victimas de violencia o el duro frío.
Putin, el presidente que dispara a matar -asi me lo parece- sin importar si los hijos de la patria no han logrado salir de una escuela -claro no son los suyos- por esto nadie lo entiende.
Sin más
ID: 1927463
Ya lo dije… lo que intuyo alli, no es nada bonito.
ID: 1927693
Hugo Chaves eliìò el socialismo, ahora quiere obligar a ser marxista, y lo
enseña en escuelas, cuarteles y talleres, no entiendo como puede darse
semejantes lujos, sòlo por ser votado mayoritariamente, y las minorìas ?
un abrazo, atte.-
ID: 1928159
Aunque no te conozco personalmente me sentí profundamente identificada contigo a partir de este post. No se si será por una cuestión de generación, de ideología, influencia paterna o de estructura emocional, pero puedo decirte que tus palabras parecen salidas de dentro de mi misma. Esoty poniendome al día con mi blog, que por cuestiones de trabajo tengo medio abandonado, y estaba pensando justamente escribir una notita sobre la muerte de Yeltsin. Si la escribo ahora va a parecer plagio, porque diria casi lo mismo que tu….
Para terminar de rematar habria que volver a ver “Goodbye Lenin” (que imagino habras visto y disfrutado) y un documental bien reciente que te recomiendo busques porque todavia esta en el circuito de festivales. Se llama “El telon de azucar”, de Camila Guzman. (el link esta en el site de IMDb.
Un abrazo y continua siendo un lujo leer tu blog!
ID: 1928309
Hola Juliana!
Me gustó mucho eso de : El comunismo sigue siendo un fantasma pero los seres humanos seguimos siendo seres humanos.
Hace un rato, mi hijo Julián, miraba un LP y se sorprendía: ¿de los dos lados está grabado?. Yo me sonreí. Acababa de leer tu post.
Yo soy de una generación anterior todavía. Stalin, Kruschev, Gorbachov, Yeltsin, la Persetrika , Putin, el PCUS, para mí son todos sinónimos de una colosal derrota de la humanidad. En 1917 la Humanidad asomó a la posibilidad de organizarse de otra manera, que no fuera el estilo de los Chicago Boys, que como dice Chomsky en un libro maravilloso que se lla a Cultura y política a finales del sigo XX, aprendieron la metodología marxista y le cambiaron los contenidos. Y nos dejaron con las ganas de saber qué hubiera pasado. Fidel fue el alumno consecuente. Estos tipos no les llegan ni a la suela de los zapatos…
Una vez, cuentan por ahí, vino un discípulo de Jacques Lacan, entusiasmado con el Mayo Francés, a contarle que se venía la revolución… El maestro preguntó ¿Si?¿y por cuánto tiempo?… (estamos hablando de 1968!)
A mí me sigue pareciendo increíble que la gente repite sin revisar un ápice de la idea, que el Capitalismo es el mejor sistema que podemos tener y “olvida” que este sistema ni siquiera ha podido dar respuesta a lo que él mismo promete:
“En casi tres siglos de reinado, el capitalismo no ha podido garantizar el derecho de las mayorías a la alimentación: dos tercios de la población mundial viven por debajo de la línea de pobreza y el fenómeno crece: En 1820, el 20% más rico ganaba 3 veces más que el 20% más pobre; en 1960, el 20% más rico ganaba 30 veces más que el 20% más pobre, en 1990 ese valor llegaba a 60 veces más y en 1997 a 74 veces más. Como consecuencia directa de esta pérdida en el valor del trabajo, se limita el usufructo de los avances tecnológicos y con ello el del confort.
Pero no solamente eso. Tampoco ha garantizado el capitalismo el acceso de las grandes mayorías a la salud: 17 millones de personas mueren al año por no poder conseguir los medicamentos necesarios para curar sus afecciones. La denuncia fue formulada por Médicos Sin Fronteras (MSF) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Tampoco ha garantizado el acceso de las grandes mayorías al trabajo digno: la Organización Internacional del Trabajo ha calculado que aproximadamente 250 millones de niños, de edades comprendidas entre 5 y 14 años, son esclavizados en el mundo de hoy…
Ni ha ofrecido educación de calidad a las grandes mayorías…
Los datos no provienen de una Usina del Mal que se empeña en destruír el mundo feliz creado por el capitalismo y gobernado por sistemas que se dicen democráticos. Lejos de eso, están disponibles para quien los quiera recopilar, gracias a Internet y a la masiva explosión de las comunicaciones, que viene sucediendo en el planeta desde hace menos de una década.”
(El resto de la nota está, por ahora en http://www.redaprenderycambiar.com.ar/eltilo/wtt/publicado/elpozo…)
¿Será que el comunismo es un fantasma o que, porque los seres humanos seguimos siendo seres humanos, no podemos vivir con un poco más de libertad?
Un abrazo grande y, un gusto leerte, como siempre.
danielk
ID: 1930279
Tarde en leer este post porque en realidad me remontaste también a una vida bipolar, y no refiero a la generada en la guerra fría, sino a la ética, al compromiso, al pensar en el otro. Queda claro que a pocos nos importa esa figura que murió, sin embargo como ocurre muchas veces en la historia, el mas mediocre, termina con algo. Pero también es cierto que a la ilusión de un mundo mejor, que Daniel muy bien expresa en su comentario, no la mato un alcohólico. Para empezar la mato Stalin y su maquinaria casi igualable a la de Hitler pero que muchos de los progresistas nunca quieren reconocer, menos en esos años donde existía la URSS y un mal comentario nos ubicaba del lado de la reaccionario. No fueron muchos años de sueño y esperanzas y de construcción. Lenin mismo lo advirtió y por supuesto Trosky pago con su vida. Sin embargo fueron pocos pero simbólicos, tan potentes que hoy nos hacen hablar de un sujeto menor. Sabemos que la URSS no fue el paraíso que los partidos comunistas del mundo alardeaban, pero fue algo que el tiempo lo ubicara a la altura de la revolución francesa. El siglo veinte fue el siglo de las utopías sociales y subjetivas y ahora con los restos construimos, como en algun momento en Moebius, dijo Daniel en Moebius, nuevos significantes, que aglutinen. Paradojas de la vida, en un tiempo que se ensalza el individualismo uno sigue pensando en el otro y se siente solo, o un poco menos solo, con post como este publicaste y los comentarios que me preceden
Besos Juliana
ID: 1931537
Hola:
han de perdonarme que no contestara hasta ahora (y lo hago dudando) porque temo no estar a la altura, esta vez, de los comentarios que me hacen. Lo ciarto es que, comenzando por el final, retomo lo que dice Carlos. Leyéndolos me siento menos sola, o al menos, me siento que no soy un bicho tan raro en este mundo. Sí, hay un asunto de nostalgia, pero tambien de rescate y de reafirmación del núcleo formativo del cual vengo y créanme que reivindico mis fuentes, mis experiencias, aunque haya tenido que pasar por terapia para trabajar algunas cosas.
Siempre recuerdo, hablando de la ética, dos cosas que me marcaron: siendo muy pequeña, mi padre (si, la vuelta al padre) estaba muy ausente de casa y en un momento debo haberle preguntado por qué y él me xplico que habia otros niños como yo en otros lugares del país y otros adultos, que no sabían leer y que él estaba ayudándolos a que aprendieran. Yo, comprendí y no fue fácil. Los otros eran tanto o más importantes que yo, tenían los mismos derechos que yo. La segudna anécdota fue la de un secuestro a mi padre, muy breve, del cual fue víctima en la universidad: lo abordaron tres sujetos, le robaron el auto explicándole antes por qué lo hacían y para qué lo hacían. Una operación comando para algo que ya no recuerdo. Lo cierto es que le advirtieron que el carro aparecería, como de hecho apareció días despues. le dieron las gracias y lo dejaronen algun sitio de la ciudad. Hoy en día él aún recuerda estar pendiente en los noticieros del destino de aquellos hombres; supo de qué se había tratado la misión y siguió el destino de sus secuestradores quienes previsiblemente calleron muertos en algún encuentro con las fuerzas del orden. ¿De qué lugar estábamos? No precisamente del de la policía. No sé si me explico con esto pero eso em ayudó a entender que en la vida habia que elegir y que a veces la elección no estaba del lado d los “buenos” porque los buenos además podían no serlo tanto. aya, creo que escribo todo esto para aclarar mis propios pensamientos.
De lo que me habla Daniel y tambien Carlos, es claro y a veces extraño no haber podido estar màs cerca y lo difícil hoy es, con esas raíces, tener clara la lectura que hacemos de nuestro mundo actual. Mucho más cuando la pelota parece estar de nuestro lado en el sentido de que esté si puede ser un momento de hacer cosas; no ya las grandes acciones heróicas sino justamente las aparentemente pequeñas que son las que van a poder cambiar las cosas. Los cambios no se decretan, se construyen y, si, los seres humanos seguimos siendo seres humanos con su ritmos sus resistencias, sus pulsiones (vaya manía la nuestra) y es a nivel del de al lado, de nuestros estudiantes (que nos llevan una morena como decimos aca), de nuestros hijos que se convierten en nuestros maestros, de la mujer en el mercado o del chofer del bus que empieza a ver su realidad de una manera distinta y entiende que tiene que “hacer”, allí es donde está el hacer de cada día. En las teclas, tambien. Y no se crean, me ha costado llegar hasta aquí y no sentirme burguesa ociosa. Mejor paro … mis ojos se humedecen. Voy por un café.
Un fuerte abrazo, tambien a ti patricia, lindo saber que otra mujer comparte estos así. celebro este hablar sin hablarnos.