A los 95 años del maestro Sábato


Saber que ayer fue el cumpleaños número 95 de Ernesto Sábato uno de los escritores que más me han marcado, me hace volver sobre algunos de sus escritos e inevitablemente me conmueve su sensibilidad, su fortaleza y ese devolvernos a la vida con lucidez al leer este, por ejemplo:

Estoy alejándome de la vida de esta vida,

La miro con emoción como si ya estuviera fuera de mí.

O, más bien, como sentado en esas mesas de café que están en las veredas desde donde uno puede ver pasar la gente, y oírlos hablar. A veces nítidamente veo el caminar de hombres y mujeres. De pronto me sonríen.
Pero otras veces, confusamente, como detrás de una nube, o de mis lágrimas.

Soy injusto, siempre hay alguien conmigo.

Pero la vida se aleja.

De la mano de sus textos teóricos entré justamente al tema de la ciencia, la tecnología y el hombre. Probablemente Gastón Bachelard y él, ahora que lo pienso, lograron insuflarme esta pasión, a la vez que recelo ante el entusiasmo del avance tecnológico, porque si algo me quedó claro de todo esto es que siempre estará en primer lugar el ser humano.
La fotografía fue tomada de la página leerasabato.
Felíz cumpleaños, maestro.

Aviso

Esta entrada corresponde al archivo histórico de Ciberescrituras (2005-2012).

También te puede gustar...

6 comentarios

  1. ID: 1986894
    Sobre hèroes y tumbas, el “informe sobre ciegos”, me acabo de enterar

    segùn Liliana Hacker, es una larga “disgresiòn”, herramienta usada en

    literatura, si esto dice ella, algo faltarìa en la novela, no puedo olvidar

    Martìn y Alejandra, hasta hay un tango que la nombra, un abrazo, atte.

  2. ID: 1987701
    Debo decir que no lo quiero a Sábato. Sus miserias pesan en mi opinión acerca de él mucho más que sus textos. En eso, probablemente coincidamos. Primero se es un ser humano, pero no solamente frente al avance de la tecnología o de la ciencia: De cara a la vida. Yo soy de una generación que no olvida ni perdona a los genocidas que arrasaron con la vida de 30 mil argentinos, porque pensaban distinto. Tampoco olvido ni perdono a los que, sin poner el dedo en el gatillo, dieron sustento social y político a los años de plomo en mi país. Ernesto Sábato se apuró a almorzar con Videla pero no para pedir por la desaparición de Haroldo Conti. Como después se apuró a presidir la Conadep (comisión nacional por la desaparición de las personas), pero no para servir a la justicia. ¿Buscando protagonismo? No lo sé. Nunca quiso hablar acerca del tema.

    Hace poco escribía en el blog de Carlos Neri, a propósito de un post suyo que se originó en un reportaje que publiqué en El Tilo, acerca del rol de los intelectuales en los procesos de superexplotación del capitalismo globalizado y del camino que va tomando en ese sentido Manuel Castells.

    Creo que el pensamiento, la generación de ideas en un tipo que trabaja con eso, es un tropo delicado. Una bala mata a un tipo en un momento. La ideología que permite que se naturalicen las guerras o el uso de armas, mata generaciones enteras a lo largo de muchos años.

    Algunos intelectuales venden su inteligencia al sistema y no tienen la más mínima contradicción. Otros las tienen, pero se justifican. Y hay otros, que por tibios, terminan sirviéndole a la maquinaria que mata, que hambrea, que segrega y después naturaliza todo eso explicándonos que se trata de defender la libertad, de occidente, de los valores más altos, etc. etc. Creo que Sábato está más cerca de este último género. Y también es probable que esté siendo demasiado duro con él.

    Yo nací en la tierra de Ernesto Guevara. Un intelectual que hizo otra cosa con lo que creía, aún a costa de su asma, de las dificultades y de las miserias humanas con las que tuvo que lidiar.
    un abrazo
    danielk

  3. ID: 1988536
    Querido Daniel:
    Con tu comentario casi que me escondo y casi que lo borro, pero lo menos que puedo decirte es que escribí desde lo literario y desde lo que para mi significó la lectura de las obras de Sábato, en la adolescencia donde he de confesar todo eso de lo que me hablas me lo perdí o más bien me llegaba muy veladamente. La fuerza con la que escribes lo que escribes me impacta mucho y me deja movilizada pero lo escribí y no lo voy a borrar (sería infantil que lo hiciera). Probablemente es justo algo que debo aprender porque cada quien elabora la realidad y se construye a sí mismo desde realidades distintas.

    De cualquier manera me dejas pensando mucho en eso, además que me llama mucho la atención que este post que escribí hace cerca de un año esté siendo tan visitado en estos días. Y no es la única señal, tambien me pasó con Cortázar. La pregunta siempre sobre la vida y la obra, las contradicciones, miserias y bondades. El ejercicio de disociación que he tenido que hacer con Vargas Llosa por ejemplo, para poder leerlo, es toda una proeza. Pensar en Celine, en Heidegger por ejemplo, que son los dos autores que ahora se me ocurren. ¿Debemos como lectores privarnos de leerlos por su posición? Imagínate lo que eso que me dices significa para mi.

    La ética del intelectual es un tema especialmente conflictivo en estos días en los que además todos lo somos. Las opciones en la vida que tomamos, las elecciones que tomamos, los riesgos que “asumimos” por creer. Quien cambia, cómo cambia, como refleja lo que soy hoy lo que fuí en el pasado. Cómo no perder la frescura, cómo no perder la posibilidad de ver al otro a los ojos y tender la mano sin dudar. Ya me voy por derroteros personales. Gracias Pepe Grillo (espero que la referencia no te moleste) por ponerme a pensar.

    Un beso

  4. ID: 1990387
    [¿Debemos como lectores privarnos de leerlos por su posición?]

    Hola Juliana!, qué tema!
    Me animo a decir que es una discusión típica de los setenta. Al menos lo fue para mí. Luego quedó abortada porque sobrevinieron hechos cuyo impacto sobre la realidad inmediata las sacó de la agenda: el golpe de Pinochet en Chile en el 73, el de Videla en Argentina en el 76 y, en general, la espiral derechizante en toda Latinoamérica (casi, porque Cuba no estuvo sometida a esos avatares) mientras se consolidaba el desarrollo de la infraestructura tecnológica que hoy, por ejemplo, nos permite llevar adelante esta conversación.

    En aquellos tiempos decíamos: Salvador Dalí tenía posiciones fascistas. Sin embargo, estuvo ligado a la vanguardia surrealista, cuyo logro más importante no era lo que producían en el plano del arte sino las posiciones que tenían en contra del avance del stalinismo en la URSS. ¿Sus posiciones políticas desmerecen su arte? De ninguna manera. Tampoco defendíamos el Realismo Socialista: donde todo lo que hablara a favor de la clase trabajadora debía ser considerado arte bueno y respetable.

    Borges mismo era un personaje difícil de clasificar en ese sentido. Por su condición de clase era antiperonista (tú te imaginas lo que significa eso en mi país!) y hasta coqueteó alguna vez con Pinochet diciéndole: Lo felicito, usted es un muy buen dictador. Ni siquiero eso pone, a mi modo de ver, en tela de juicio una sóla letra de su escritura monumental. Después de la política de Reagan en el imperio y las lecturas de Foucault, aprendimos que es preciso trabajar en los intesticios de la trama. Esta también es una metáfora de la red. No informática sino social. Y solemos olvidarla ante el deslumbramiento de lo tecnológico.

    En definitiva, creo que no se trata de mezclar una cosa con otra. Pero déjame la libertad de elegir a qué modelo me quiero parecer. Los verdaderos héroes, decía alguien, son los que se pasan la vida tratando de ser fieles a sí mismos… Menuda tarea, te imaginas…

    Leopoldo Lugones, en la cultura de mi país es un poeta importante. Pensar adentro de la trama, para mí, es pensar que no hay “una” cultura en mi país, sino una cultura dominante. Construída a partir de la historia escrita por Bartolomé Mitre, fundador del diario La Nación e ideólogo y gestor de la Guerra contra el Paraguay, que no dejó varones vivos de más de trece años… porque el desarrollo económico de este país (único que, por ejemplo no tenía deuda externa en la época) no le convenía al proyecto dominante del imperio inglés…

    Cuando busco un poco más, a un hijo de Lugones le debemos la invención de la picana eléctrica… ¿Se sigue tratando de un buen poeta? Seguramente que sí, pero a mí no me interesa. No porque lo que escriba pierda valor en general, sino porque los acontecimientos que rodean su historia personal son tan potentes que eclipsan su obra.

    Con Sábato me pasa algo de este estilo, pero con un agravante: No le creo su postura de defensa de los derechos humanos. En tiempos de la dictadura, la revista Humor, que editaba Andrés Cascioli, fue un refugio de intelectuales que resistían tratando de pensar otras cosas que pudieran agrietar el discurso oficial. Allí escribia “Jorjón”, Jorge Sábato, el hermano de Ernesto, que también era científico. He leído cosas memorables de su pluma, pero nunca leí una sola letra de Ernesto.

    Como te imaginarás, no pretendo, de ninguna manera invalidar “tu Sábato” ni el de nadie, sólo decir lo mío y continuar la práctica de este oficio tan saludable de pensar hasta lo que uno da por sentado.
    Un abrazo
    danielk

  5. ID: 1990438
    Krichman: comparto la inteligente opiniòn de Juliana en su totalidad, es lo

    bastante exhaustiva como respuesta.-

    El Che, que dejò ?, dònde està la cosecha de su inùtil camino voluntarioso

    el genocidio nuestro de cada dìa, lo encontraràs detallado en muchìsimos

    libros, Juan Yofre: “nadie fue” es uno de ellos, J.L: Borges tambièn fue a

    lo de Videla, te lo olvidaste, te aconsejo sus “obras completas” en parti-

    cular sus cuentos, Gunter Grass, otro duplicado, Hedigger como dice

    Juliana, està escrito en el libro “la sombra de Heidegger” de autor Argen-

    tino Pablo Feinman, sino me equivoco, puedo seguir, pero aburre por lo

    repetitivo de la historia, te recomiendo mucha lectura, luego opinar sin

    equìvocos, asì tambièn podès recordar a las madres y familiares de los

    muertos por el terrorismo, perdòn por discrepar, tengo experiencia, un

    abrazo, atte.-

Deja un comentario