Del precio único al IVA: dilemas del negocio del libro en América Latina


Tal parece que en los últimos días, y gracias a la feria Internacional del Libro de Guadalajara, se han intensificado las noticias acerca del libro en América Latina. Por un lado, se ha trasladado hasta la ciudad mexicana, la discusión acerca del precio único para el libro. Allí, Jorge Herralde ha dicho que “Cualquier país sensato necesita el precio único del libro”
La principal justificación sería el impacto directo sobre la accesibilidad y el aumento de la oferta y, por ende de las librerías. En México, contrariamente a lo que podría pensarse, la relación habitante librería, sigue estando muy por debajo de lo deseable: para 104 millones de habitantes hay 500 librerías, el 40% de las cuales está en Ciudad de México.

Para Herralde, una ley como la propuesta en México, que permite el precio fijo, es positiva y hay “dos casos que dan la razón a la importancia del precio único”, los de Francia y el Reino Unido.

En Francia, donde hay precio único, en “contra de los agoreros”, el precio de los libros “es más bajo que en otros países”, mientras que en el Reino Unido, donde el precio es libre, hay un empobrecimiento de la oferta y un auge de los ‘bestsellers’, dijo.

La verdad es que es un tema que aún no ha tocado las costas venezolanas pero que sí ha tenido mucho movimiento en España, por ejemplo.

Por otro lado, Gabriel Porras me hace llegar una referencia de una discusión mucho más cercana a nosotros, que es la de la inminente aprobación del impuesto al valor agregado (IVA) para los libros en Colombia.

Me permito acá transcribir toda la nota aclaratoria que publican en la página Libros en Colombia sin Iva:

Las condiciones de acceso a la cultura escrita se dan de manera muy desigual en sociedades que, como la nuestra, están marcadas por grandes desequilibrios en la distribución de la riqueza y de los beneficios del crecimiento económico.

Los libros y otros materiales de lectura y escritura son condiciones esenciales para el ingreso a la cultura escrita y la imposibilidad de acceso a ellos impide que grandes sectores de la sociedad se beneficien de la cultura letrada.

Tener acceso a libros hace posible una educación de mejor calidad, un ejercicio y una participación ciudadanas más plenos y conscientes, mayor acceso a la información y al conocimiento, apropiación de la herencia cultural que la humanidad ha legado mediante la escritura y mejores opciones de construcción de identidad y de conocimiento y aceptación de nosotros mismos y de los demás.

El Estado debe garantizar estos beneficios a todos los ciudadanos, pues sólo unos pocos tienen acceso a ellos, mediante diferentes tipos de medidas que van desde el mejoramiento de las escuelas públicas y de sus bibliotecas escolares, la creación y el mantenimiento de más y mejores bibliotecas públicas, hasta iniciativas y programas que permitan una mayor circulación de libros a bajo costo.

El IVA del 10% para los libros que se propone en el artículo 77º del proyecto de reforma tributaria que el Gobierno Nacional presentó al Congreso, contradice todo lo anterior, pues encarece aún más los libros para los particulares y afecta las compras que las diferentes instancias del Estado realizan para las bibliotecas públicas y escolares. Compras que de hecho son insuficientes si se tiene en cuenta el altísimo déficit que en materia de libros y otros materiales de lectura presentan las escuelas y los municipios de todo el país.

Por lo anterior solicitamos al Gobierno Nacional retirar en el proyecto de reforma tributaria los libros y otros impresos de carácter educativo y cultural de los productos que a partir del 1º de Enero de 2007 serán gravados con el IVA y al Congreso de la República abstenerse de aprobar este punto.

Esto parece ser una puja entre dos extremos que muchas veces olvidan a los usuarios finales del producto que se tasa y mercadea: los lectores, y no solo los lectores de libros de lujo, sino aquellos que se están formando y que aprenden con ellos.

Aviso

Esta entrada corresponde al archivo histórico de Ciberescrituras (2005-2012).

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