Si, parece un trabalengua y de alguna manera lo es, o más que trabalenguias se trata de un traba identidades.
When young teachers go wild on the Web es el título del artículo que leo en el Washington Post y que me muestra uno de los tantos problemas que nos trae ser nosotros mismos en las redes sociales. Ya mencioné en algún momento el dilema de los padres y el problema que se presenta cuando los hijos no los quieren como amigos, pero ahora se trata de lo que le empieza a ocurrir a jóvenes docentes que tienen sus perfiles en facebook, Hi5, My Space o cualquiera de las redes sociales existentes a las cuales tienen acceso los demás miembros de la comunidad a la que pertenecen.
En el artículo citado se mencionan al menos dos casos de profesores que en sus espacios en internet publicaron contenidos que aparentemente iban en contra de lo que debían pregunar en sus clases. Un profesor de una escuela para alumnos especiales, por ejemplo, publicó un poster sobre el sexo oral y una maestra de kindergarten un video en el que un hombre en la ducha tenía un orgasmo.
Esto nos coloca en una discusión que puede tocar muchas aristas: 1) El hecho de que la identidad no es bloque sólido sino una permanente fragmentariedad, 2) La desaparición paulatina de los espacios estancos de la privacidad que, probablemente fueron una ilusión, pero que al menos estabanj alli para protegernos. Es bastante claro que con los blogs, las redes sociales y el microblogging, es cada vez más difícil que no mostremos públicamente todas nuestras facetas y que, por ende, estemos más expuestos a herir susceptibilidades o a generarnos líos “innecesarios”.
Aterrador para los paranóicos pero la pregunta queda abierta en torno a esta nueva manera de construir la identidad a partir de la visibilidad que dan las redes sociales. La que me muestra como alternativa es la censura, en un espacio en el que lo público y lo privado parece ya no existir a pesar de que está más o menos en manos de quien publica. ¿Autocensura? Es la alternativa para muchos de los que no quieren perder sus trabajos. Enfín, es cuando vemos este tipo de situaciones, que nos damos cuenta de que no hablamos de abstracciones sino de hechos que afectan en verdad la vida cotidiana de las personas.