2017-2018: Ilusión, tránsito y permanencia

Es un lugar común mirar “atrás” para hacer un balance del año que ha terminado pasado y cuando pienso en el mío pienso en la palabra tránsito. Y es que desde finales del 2016 he estado moviéndome mucho en estadías cortas y sucesivas en lugares tan disímiles entre si como: Houston, Hawaii, Caracas, Buenos Aires y Sevilla, cerca de la cual me encuentro al momento de escribir estas líneas.

2018 me encuentra al otro lado del Atlántico de mi natal y amada Venezuela; cerca, muy cerca de las costas desde las cuales salieron los primeros españoles que llegarían a tierras caribeñas. Aquí he decidido establecerme por un tiempo no determinado. Estos meses me han llevado a pensar mucho sobre algunos de los temas que están inevitablemente en el tapete de las conversaciones de venezolanos dentro y fuera del país pero también de muchas personas en el mundo: la migración, el desarraigo, la identidad, entre otros. 

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Vida, muerte y renacimiento de los blogs

Mi querido y respetado Txetxu Barandiarán deja un comentario de bienvenida en mi post anterior y al mismo tiempo me recuerda que casualmente mi reaparición  ocurre el día antes de que su blog cumpla 14 años. Tal como me ha ocurrido a mi ha sido una aventura que ha pasado por varias plataformas y ha sobrevivido a los ires y venires de la tecnología.

Dice Txetxu:

A lo largo de todos estos años he visto nacer y desaparecer a muchos blogs, he podido constatar, también los cambios de tendencias e incluso de su papel. He oído y leído como lagunas  personas firmaban también su acta de defunción comprobando que los adanistas y amigos de la muerte ajena son unos cansos. [los resaltados son míos]

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Julianab.net: claves de una nueva experiencia

Comenzando a publicar nuevas entradas, me doy cuenta de que pareciera que todo esto viene desde 0, ya que lo que escribí en el pasado aparece “escondido” , como si no hubiera nada anterior. Solo una ilusión: paulatinamente, en la escritura diaria iré rescatando y dando visibilidad a los post pasados a través de lo que he dado en llamar hilos temáticos, incorporando poco a poco entradas antiguas.

Y es que en este proceso de depuración me he dado cuenta de que había demasiadas categorías, así que transformé a algunas de ellas en etiquetas, con lo cual se hace mucha más clara la organización de los contenidos. En el momento inicial de curiosidad y entusiasmo todo podía entrar en categorías principales pero, con el correr de los años y el fluir de la escritura, las categorías se hacían recurrentes y claras.

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Y volver, volver, volver

Regresar a aquello que nos apasiona es como volver al sitio del que nunca debimos salir y, al mismo tiempo (posiblemente), corroborar que no nos fuimos nunca del todo. Volver a la escritura pública del blog es recuperar o reencontrarme con una parte de mi en la búsqueda de una fuerza que creí perdida. Visitar los escenarios del pasado pero con una nueva mirada me está trayendo muchas sorpresas y me embargan sentimientos encontrados: por un lado, el deseo de conservar lo escrito desde hace 12 años y por otro, la sorpresa de ver que mucho de aquello se ha desvanecido. Todo ello me impulsa enseguida a crear un mundo nuevo. Insistir sin desechar pero a partir de una base sólida y depurada que dé cuenta de quién es Julianab hoy.

El nombre, Julianab, es el que siempre me ha identificado en algunas de mis redes personales y es, de hecho,  la representación de mi firma. En este espacio virtual incorporo mi blog Ciberescrituras para darle una nueva vida integrándolo y, de alguna manera, reformulándolo con la idea de sostener y profundizar caminos ya andados y que siguen siendo los que más ocupan mi interés intelectual y vital: el libro, la edición, la tecnología, la identidad todo ello enmarcado en lo que podrías llamar Cultura y Vida Digital, como reza en el subtítulo renovado de este espacio virtual.

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Ciberescrituras: una nueva oportunidad

Empiezo a escribir este post y casi que no me lo creo. Muchos tropiezos en los últimos meses, entre los cuales he de contar la pérdida del dominio .com de este blog, me hicieron pensar y sentir que quizás era mejor cerrar mi período bloguero y dedicarme a trabajar “en serio” en otras cosas para poder subsistir económicamente. Por otro lado, las redes sociales y el microblogging me han absorbido tanto y publico allí sobre temas variados, que por momentos sentía que el blog no hacía falta. Pero sí hace falta, de hecho, siento que es lo más importante de lo que yo pueda hacer en internet.

El desánimo de sentir que había perdido todo lo hecho durante más de tres años (2005-2009) me alejó de la blogosfera durante muchos meses pero, como decimos en Venezuela, “el gusanito seguía allí”, y me fue dando ánimos para recuperar de a poco lo que creía perdido hasta que decidí subir todos los contenidos (lamentablemente sin imágenes) a este espacio en wordpress. En La Coctelera he seguido publicando muy esporádicamente: continúa siendo una comunidad vibrante para encontrar y reencontrar lectores, muchos de los cuales siguen estando en contacto. Ellos son de los principales alicientes para continuar.

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