Esta reflexión me viene de maravilla después de todos estos días sintiéndome con tantas dudas y eventuales desganos con esto de escribir en el blog a diario. Es un fenómeno muy raro, o más bien, una experiencia muy rara ésta; tras casi nueve meses manteniendo Ciberescrituras, cuando finalmente logro poder escribir todos, o casi todos los días, de repente hay momentos en los cuales no sé ni siquiera qué decir. ¿Saturación? ¿Desgano? ¿Cansancio? Más lo primero que lo último, y las eternas preguntas: ¿para quién y por qué escribo?
Debo confesar algo antes de ir al post que me hace escribir esta entrada. Y es que se trata de algo que agrega un elemento experiencial a esto de bloguear: desde el mes de mayo activé el contador de visitas en el site, dos, de hecho: google analytics y webstats4u y a veces no sé si es una bendición o una maldición (no son palabras que use a diario, pero ya me entienden) haberlo hecho, por el comportamiento recurrente que provocan de ir siempre a ver los numeritos. Cada día espero que visite más gente la página pero eso es algo que también me he estado cuestionando y digo, como si comenzara una dieta: hoy no lo voy a ver… pero, mentira, caigo en la tentación.
Pero a lo que iba desde el principio, el post de Eric Kintz de HP titulado Why Blog Post Frequency Does Not Matter Anymore (Por qué el posteo frecuente ya no importa) resulta de esos que me hacen exclamar: “No soy yo sola, !qué bien!”. Y es que justo él comienza preguntándose si el postear frecuentemente, varias veces al día, nos hace ser mejores bloggers y la respuesta para él está clara: No.
Diego Rottman en su interesante blog, Malas Palabras, tuvo la amabilidad de traducir y comentar el texto de Kintz. Aquí su decálogo:
1- El tráfico se genera por participar en la comunidad, no por publicar diariamente
2- De todos modos, el tráfico es irrelevante para el éxito de su blog: “…Seducir a la audiencia con la que se desea establecer una relación es una estrategia más astuta que publicar frecuentemente.”
3- Los lectores fieles visitando el blog todos los días es tan Web 1.0: Son fieles porque están suscriptos al blog, no porque lo visitan todos los días.
4- Publicar frecuentemente impacta negativamente en la lealtad de los lectores: Los lectores se ven saturados por los blogs que publican demasiado y que, en consecuencia, les exigen demasiado tiempo.
5- La publicación frecuente hace que los ejecutivos top y los referentes del pensamiento se mantengan fuera de la blogósfera: debido al poco tiempo que tendrían para dedicarle a una actividad tan demandante.
6- La publicación frecuente genera un contenido de pobre calidad: Son muy pocos los que se pueden dar el lujo de publicar textos realmente significativos diariamente.
7- Publicar frecuentemente hiere la credibilidad de la blogósfera: Kintz alude a los posts que son reproducidos una y otra vez (ante la presión de publicar algo cada día) sin la necesaria verificación de los datos, generando un efecto bola de nieve muchas veces inexacto.
8- La publicación frecuente terminará delegando los blogs corporativos en las agencias de relaciones publicas: ya que las compañías se verán abrumadas por las exigencias de contenido, diluyendo así el verdadero valor de la blogósfera.
9- La exigencia de publicar frecuentemente contribuye al basurero de blogs: de acuerdo con Technorati, solamente el 55% de los blogs sigue publicando después del tercer mes existencia. La presión por publicar a diario ciertamente contribuye a que esa gente abandone sus blogs.
10- Amo demasiado a mi familia: Kintz recomienda visitar Bloguers Anónimos a aquellos que insisten en publicar diariamente en sus blogs.
¿Qé puedo agregar a todo esto? Que estoy totalmente de acuerdo. La tentación, el impulso, el deseo de escribir todos los días es muy grande. Ciberescrituras es, para mi, una suerte de refugio, un espacio de experimentación sin el cual la vida cotidiana no tendría la misma calidad. Sería, sin lugar a dudas, de otra manera pero a mi misma me sorprende como, cada vez que me preguntan qué hago, la referencia al blog es una de las primeras que aparece. No quiero, sin embargo, que se convierta en un peso y allí es donde las cada vez más interesantes participaciones de los lectores me ratifican que vale la pena mantenerlo y que tener muchos numeritos en el contador no necesariamente te brinda las mejores satisfacciones. de hecho, me ocurrió la semana pasada que en uno de mis días de menos lecturas, recibí la mayor cantidad de entradas.
La foto la tomé de este blog… genial, ¿qué más podía pedir?