Entre las múltipes ventanas que tengo abiertas, tengo una entrada de Zinnia Martinez en su blog Periodismo Interactivo que se titula El ritmo real y el ritmo blog donde comienza cuestionándose lo que a todos nos ha pasado y nos pasa: la falta de tiempo para mantener el blog, para escribir sobre lo que nos interesa y no sobre cualquier cosa. ¿Qué es lo verdaderamente honesto con respecto a nuestra bitácora?
Hay días en los cuales no hay mucho acerca de lo cual escribir, otros días, por el contrario, hay mucho, pero no tenemos el tiempo y, otros días, hay mucho, tenemos el tiempo pero no estamos en el mood como para escribir mucho o bien. Siento que ayer era uno de esos días para mi. Hoy uno de los de poco tiempo, pero no quería cerrar sin escribir esta breve entrada que no es más que pensamientos en “alta voz digital”.
Para mi, y creo que ya lo decía, el blog tiene una presencia cada vez más grande en mi vida y si a algo me resisto es a que sea “un peso” una obligación. Lo disfruto, por un lado y, por otro, resulta una herramienta fabulosa de creación pero, sobre todo de intercambio. Pero, ¿cuál es la relación con la vida real? ¿Es algo distinto, otro, separado de lo que soy y hago en la cotidianidad? Cada vez menos… afortunadamente porque cada vez más comparto el hecho de que lo tengo y mantengo, que es parte de mis actividades y lo lindo es que me lo respetan. En las vacaciones, por ejemplo, era divertida la frase: “vamos a llevar a mamá al cyber para que escriba en su blog”. Lo que quiero decir con eso es que … bueno, no sé, es la manera en la que lo estoy viviendo y valorando. Mundo real, mundo virtual, es el mismo tema. Como lo virtual toma y ocupa parte de mi vida real, y (¡ojo!) visceversa. Lazos reales, lazos virtuales: ¿qué tal reales son los virtuales y qué tan virtuales son los reales? Mucho por reflexionar… y escribir, al respecto. Me gusta el tema.
Pasan los minutos que le robo al tiempo real, debería estar en camino ya… Feliz día…
Mundo real, mundo blog
Aviso
Esta entrada corresponde al archivo histórico de Ciberescrituras (2005-2012).
4 comentarios
ID: 786763
Soy nuevo en esto y, la verdad, llega a engancharte. Muchas ideas. Poco tiempo. Ganas de comunicar. Gran satisfacción al recibir un comentario a un artículo. Siempre relacionando mundo real y virtual. Es el mismo mundo, sin duda.
ID: 786844
Yo ando medio loco con ello! Saludos
ID: 787379
Asi es, José. Bienvenido al gremio! Me alegra que sientas que es el mismo muy, para mi en cierto sentido, tambien. Antonio: andamos medio locos, pero como nos gusta….
Saludos!
ID: 788333
Sí que es muy interesante el tema. Me imagino que lo fuerte (o delineado) de la división entre el mundo real y virtual depende de la persona. Y del momento, también. A mí me preocupa un poco que la división se agrande (no sé muy bien por qué, me has puesto a pensar… ) y creo que intento mantenerla pequeña escribiendo sobre cosas que veo o me pasan en la vida cotidiana. De esa forma al menos el mundo virtual se nutre del real. Lo otro me pasa menos, por desgracia. Pero está en el bloguero el compartir (o no) con las personas “reales”.
Por supuesto, en muchos casos, uno se ve atraído por el mundo virtual debido a esa separación con el real. Es también una “escapatoria” a la realidad, y una muy sencilla y (relativamente) económica. Me pregunto si, desde un punto de vista psicológico, los blogueros que mantienen la división serán definidos como esquizofrénicos. En cierto punto es una forma de mantener diversas personas en un mismo envase. Otro ejemplo de cómo la tecnología nos puede ayudar a hacer de nuestras “enfermedades psíquicas” algo que los demás aceptan sin pestañear (otro ejemplo son las personas que hablan solas… ahora no nos llaman la atención cuando las vemos en la calle: es evidente que deben estar usando un celular…).
Ji ji, a mí quien me atrajo a la Coctelera es una persona de carne y hueso, a quien la virtualidad no le quita la sonrisa ni la sensación de sus abrazos en mis huesos. ¡Qué buena fortuna!
Un abrazo virtual pero reminiscente. 😀