I.- Estos últimos días me persigue una galería de fotografías que han presentado como un cementerio de libros. Se trata de un album en Flickr que muestra las ruinas de lo que fue el depósito de libros escolares de la ciudad de Detroit en Estados Unidos. Digo que me persigue porque me la topé varias veces en el día de ayer y decidí guardarla mientras se me ocurría algo que escribir al respecto.
II.- Continuando la navegación, encontré en uno de los blogs de Clarín, que Ezequiel Martinez se pregunta ¿Cuánto dura un libro? y remite a un post de José Antonio
Millán quien vuelve a la recurrente pregunta en torno a la vida y al futuro del libro y se detiene particularmente en el tema de las reediciones planteando que las razones para reeditar en la actualidad no son las mismas que existían hace algunos años. Dice Millán:
Aunque en el caso de los libros, la novedad responde a un espacio de tiempo muy corto. Un título apenas resiste más de un mes en la primera línea de las librerías, debido a la avalancha de libros que se publican. Si encima la editorial que lo publica es periférica y si el autor no es suficientemente mediático o no está avalado por el marketing editorial y la crítica de los suplementos de referencia, su defunción resulta definitiva al cabo de un mes. Esto se produce también porque la mayoría de las librerías carecen de fondos, porque cuando los ejemplares distribuidos se venden no se piden más a la distribuidora y porque el boca-oreja no siempre consigue convertir en éxito la obra de un autor emergente.
III.- También en Clarín leo una noticia alentadora: La mayoría de los argentinos lee por placer, donde recogen los resultados de un estudio llevado a cabo por la Fundación El Libro y la Universidad de San Andrés. Algunos de sus resultados:
La encuesta fue respondida por mil personas, quinientas en la Feria y quinientas en distintos puntos de la Capital y el Gran Buenos Aires. Además del placer (38%), los principales disparadores para la lectura son “el estudio” (33%) y las “ganas de informarse” (14%).
Si leer es un placer, parece que las preferencias a la hora de saciarlo apuntan hacia los libros. Un 86% de los consultados aseguró leer libros, mientras que el 80% lee diarios (en papel o por Internet) y un 75%, revistas. El género más leído es la novela, donde dominan los géneros policial y ciencia ficción. Sorprende que los populares libros de autoayuda figuren por debajo del ensayo y a la par de la poesía.
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Aunque tímidamente, algunos datos de la encuesta reflejan el peso de las nuevos soportes bibliográficos. Mientras que un 30% de los lectores de diarios lo hacen en su edición digital, una cuarta parte de los alumnos de posgrados ya descarga los libros a través de Internet y la cifra llega al 27% entre quienes cursan un terciario
IV.- En torno al futuro de la lectura estan las ya citadas declaraciones de Alberto Manguel en relación a la superficialidad que induce la lectura en pantalla. Para Roger Chartier el debate y la dimensión del cambio que induce la lectura en pantalla es más complejo y dice:
leer constituye siempre la misma operación, pero desde su dimensión sociológica, existen formas distintas de lectura, que se experimentan según las razones o circunstancias». «Es esencial», por tanto, «reconocer la pluralidad de las prácticas lectoras
El debate está servido … To be continue